martes, 30 de julio de 2019

EL SILENCIO CÓMPLICE DEL PODER SIN LÍMITES

EL SILENCIO CÓMPLICE DEL PODER SIN LÍMITES
No es necesario ofrecer ejemplos acerca de las consecuencias negativas que se genera de ese perjudicial silencio de quienes tiene la potestad de decidir acerca de una determinada situación, quienes detentan el poder, al margen de específicos preceptos constitucionales, legales y reglamentarios, de los más caros principios doctrinarios de una determinada Obediencia, muchas veces caracterizados por  la ausencia de valores y principios éticos de quienes deben guiar la conducta de todos los miembros asociados a su organización.
Ese silencio amparado en el poder se ha convertido en enfermedad crónica, que afecta a un altísimo porcentaje de Grandes Oficiales, por conveniencia, o por temor a quien sabe qué.
Muy pocos son los que se rebelan o alzan su voz disidente para, sin éxito, intentar revertir ciertos acuerdos o decisiones arbitrarias, o bien la negación de un pronunciamiento, prefiriendo el silencio cómplice que esa acción genera.
El silencio de quienes tienen la potestad de influir en la toma de decisiones permite que se modifiquen los rituales, se decreten acciones que favorecen sólo a unos pocos, se expulse a quienes osan representar una opinión contraria a los designios del líder, se hipoteca con ello el futuro de las actuales y próximas generaciones de hermanos al negarles la interacción con otras logias u otros ritos, sólo por pertenecer a otra corriente masónica, tan o más validada en el concierto internacional, acaso es delito o pecado ser discípulo de una logias que basa sus aprendizaje en las enseñanzas que provienen de la masonería francesa, versus aquellos que siguen los postulados de Inglaterra. Lo que debe importar es que la verdadera regularidad masónica está dada por la Iniciación Masónica.
Consecuentemente suena a politiquería cualquier atisbo de insinuar cambios que nunca llegan o que se tomar entre cuatro paredes, quien sabe con qué mezquinos intereses.
Lamentablemente el silencio del poder es real y concreto, como también lo es el de quienes se han dejado corromper por el facilismo. Cuando la acumulación de silencios en tan breve lapso genera una incómoda sensación de no pertenencia.
Toda Obediencia debe anular su silencio cómplice y estallar en un “no” rotundo a tantas decisiones arbitrarias y lesivas, ignorándose las reales urgencias; respeto a los Logias asociadas, respeto a los rituales, que no deben estar al arbitrio de quienes sólo buscar su minuto de fama, Es ampliamente conocida permanente deserción, son muchos los que se decepcionan al no recibir os que se les ofrece, al no encontrar la verdadera esencia de la Orden.
El silencio del poder forma parte fundamental del circo mediático instalado en nuestro suelo para desviar la atención y confundir, drama consolidado por el silencio cómplice de no pocos hermanos que pudiendo hacer algo, prefieren callar, adhiriendo a la química mortal de la complicidad por acción u omisión, que se traduce en conveniente sordera y bendición para el silencioso y nefasto abuso del poder.
Santiago Martínez Mattos  (Sanmarmat)

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