Hasta hace poco tiempo era impensado hablar de
Logias de Emulación, Memphis-Misraim, u otros Ritos o manifestaciones
masónicas. Sin embargo, en los últimos cincuenta años, las cosas han variado
considerablemente, tanta agua ha corrido bajo en puente, que hoy podemos
visualizar que aquella masonería de hace cien años atrás se ha eclipsado. Otros
actores han surgido en el evolutivo escenario masónico nacional, tratando de
liberase del estigma de lamentables errores administrativos y de gestión, que
han enlodado el prestigio moral de una obediencia que nos hablaba de moral y de
buenas costumbres.
La actual de la masonería chilena, es muy
diferentes de aquella que existía hace una centuria de años.
Hasta la década de los 70 se hablaba sólo de la
Gran Logia de Chile, entidad integrada por algo más de 130 logias a lo largo de
nuestro país, que en sus filas albergaban a representativos personajes de la
política partidista de la época, y otros destacados educadores y algunos
conspicuos amantes de las letras. Han surgido otras Obediencias, dispuestas a
ocupar un espacio en el concierto masónico, entre otras las logias mixtas, las
logias femeninas, las logias espirituales, las logias cristianas y otras, que
inevitablemente han puesto uno o los dos pies en la puerta, sin que sea posible
echarlos fuera del templo.
Hoy, en Chile existen al menos 300 logias
masónicas, que no pertenecen al ente tradicional, de las cuales algunas son
mixtas, otros que están recuperando la antigua masonería, una diversidad de
ritos han llegado para quedarse, y donde el hombre libre puede ahora elegir de
acuerdo a su propia voluntad, quebrándose la hegemonía del Rito Escocés Antiguo
y Aceptado. El ámbito de lo espiritual y esotérico es amplio, numerosas
Obediencias han surgido con programas de desarrollo espiritual que siempre
existieron en masonería, pero que por alguna misteriosa razón nunca se les
permitió darse a conocer, manteniendo a los fieles y verdaderos masones en el
más absoluto desconocimiento de sus prácticas y costumbres.
Afortunadamente hoy surgen estas nuevas luces, que
han de contrarrestar el surgimiento de nuevas escuelas esotéricas que con
atractivos ganchos atraen a las nuevas generaciones, que las ven como mejores
alternativas, optando por ellas en lugar de nuestros templos. Este nueva oferta
o fenómeno social, sumado a los cuadros masónicos, que van lentamente
envejeciendo en promedios de edad, estaba mermando la membresía en las Logias,
por lo que se agradece la aparición de la Nueva Masonería, paradojalmente
basada en la Antigua Masonería, esa que no ha sido cercenada, o torpemente
modificada por “mentes creativas” con el pretexto de la mal llamada modernidad,
alejándose de los Antiguos Landmarks, que marcan la esencia de la verdadera
masonería, esa que conserva sus rituales sin modificación alguna, esa que
entiende que cualquier da lugar a un ente distinto, creando una nueva
institución a la que sus patrocinadores habrán de buscar el nombre adecuado.
La Grandes Logias u Orientes Masónicos surgidos en
últimos cincuenta años, tienen un excelente e innegable tesoro interno, rico en
simbolismo y ritos, en palabras sagradas y leyendas, y su propósito está dado
por recuperar la luz masónica esencial, no aquellas posturas panfletarias que ya
cumplieron su rol en el pasado, y que hoy son oscuridad y no luz de sabiduría
eterna y de valores permanentes, tan necesarios en tiempos modernos como en la
antigüedad.
A DIÓS GRACIA, LA MASONERÍA EN CHILE CRECE
DIVIDIÉNDOSE
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