domingo, 5 de noviembre de 2017

RITUAL DE APERTURA Y CLAUSURA

El Ritual de Apertura y Clausura de una Logia masónica es, junto a los catecismos, cuadro de dibujos y los símbolos que hacen alusión a los trabajos de construcción, el único legado que la Masonería actual ha heredado de la antigua masonería operativa. 
Legado que ha permitido recrear y perpetuar la descripción simbólica de la cosmogonía, y por consiguiente, la posibilidad de acceder a su conocimiento y comprensión. Así lo fundamental del Arte Real masónico, aquello que ejemplifica el proceso que conduce a ese Conocimiento, se ha perpetuado en el tiempo.
Es, sin lugar a dudas y a decir de los historiadores, la principal razón de que la Masonería continúe siendo una tradición viva con todos los elementos necesarios para hacer efectiva la realización espiritual en el corazón de todos sus miembros.
La Apertura comienza ritualmente al comprobar la seguridad o protección de la misma. Es decir, dice relación con la primera obligación del respectivo Vigilante, debido a que el templo deberá estar a cubierto de quienes no han sido iniciado en los misterios y privilegios de la masonería, lo que indica que se deberá estar libre de toda influencia procedente del mundo profano.

Simbólicamente, esta cobertura asimila el templo a la “Caverna Iniciática”, que nos acerca a la relación de la idea cíclica de ocultación y repliegue de la doctrina tradicional de un lugar inaccesible a las miradas de intrusos. 

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